Antes de jugar la final del torneo "Copa 100 años LA GACETA", Sergio Carrizo pasó a integrar el equipo de los casados. En el Registro Civil, el "Pila" dio el sí y junto a Marcela Monteros quedaron felizmente casados. "Ahora falta ante Dios", confesó el hombre que ayer abrió el partido con su cabezazo y comenzó con un festejo de campeón que. parece, no terminará.
El 11 de enero llegará hasta el altar de la iglesia San Francisco Solano, en Banda del Río Salí como lo hizo en el área de Jorge Newbery a los 5' del primer tiempo: con toda la convicción: "la fecha la habíamos fijado con anterioridad y no podíamos dar marcha atrás. Tampoco me podía privar de jugar esta final. Con Marcela hablé mucho. Me dio su apoyo y jugué tranquilo. Dios me bendijo", dijo entre las decenas de felicitaciones que recibía en el vestuario. "Se lo dedico a mi esposa", agregó el volante central.
El "Pila" es uno de los tantos jugadores tucumanos que depende de otra actividad para poder subsistir. "Lastenia es un club humilde que necesita del esfuerzo que hacen los dirigentes para poder cumplir en lo económico. No podemos pretender cobrar lo que cobra un jugador de Atlético o de San Martín. Estamos en otro nivel así es que se gana poco", explica el muchacho que se dedica a lavar colectivos tal como lo reflejó LG Deportiva meses atrás.
Carrizo volvía a ser titular después de haber cumplido tres fechas de suspensión. "Por suerte las cosas me salieron bien. Fuimos superiores a Jorge Newbery y pudimos hacer la diferencia", comentó.
El "Pila", como sus compañeros, entrará en la historia de la "gloria" por haber obtenido el primer título de campeón. Pero esto no lo conforma, ahora quiere ir por más. "En el torneo del Interior tenemos que hacer un buen papel", dijo orgulloso. Y tiene con qué estarlo: se casó con Marcela y con la "gloria".